Bienvenido

Bienvenido al blog de Julia Jiménez Hens

jueves, 27 de noviembre de 2014


Y esto... me consume por dentro



"Consumo, sociedad de: prodigioso envase lleno de nada. Invención de alto valor científico, que permite suprimir las necesidades reales, mediante la oportunda imposición de necesidades artificiales."
Eduardo Galeano.






Ésta soy yo. Siempre lo he sido. Desde el principio. Nunca lo he ocultado, de ninguna de las maneras.
Mierda. Lo sabías desde el principio.

Límites que arden en los labios al pronunciarlos.



Límites.
¿Dónde está el límite? El límite de lo que está bien y de lo que está mal. De lo que es divertido y lo que no lo es. El límite de lo que significa adaptarse a alguien o cambiar por alguien. El límite de lo que significa hacer un esfuerzo, y hacer todos los esfuerzos. El límite de lo que se puede y lo que no.

Siempre supe que no entendía de responsabilidades, ni de obligaciones, ni explicaciones.
Mi forma de entender el amor es opuesta a todo lo que pueda significar cohibición. Nací para la libertad. ¿Y quién soy yo sin mi espontaneidad y mi locura?

No puedo renunciar a mi esencia. ¿Qué es lo que quiero para mi?

lunes, 24 de noviembre de 2014


En el deseo sexual, la mujer es un animal que bebe té y el hombre uno que bebe agua” 
Valérie Tasso

domingo, 23 de noviembre de 2014


No creo en lo infinito ni en los para siempre.
No creo en las promesas. Creo en vivir el momento, intensa y alocadamente.

“No hay que prometer nada porque las promesas son horribles ataduras, y cuando uno se siente amarrado tiende a liberarse, eso es fatal.”

Mario Benedetti

sábado, 22 de noviembre de 2014


"La vida no te está esperando en ninguna parte, te está sucediendo. No se encuentra en el futuro como una meta que has de alcanzar, está aquí y ahora, en este mismo momento, en tu respirar, en la circulación de tu sangre, en el latir de tu corazón. Cualquier cosa que seas es tu vida y si te pones a buscar significados en otra parte, te la perderás."
Osho

domingo, 16 de noviembre de 2014






¿Un miedo?
Volverme loca. 
Alejarme demasiado de la realidad. 
Esa "realidad" que es en verdad relativa e inexistente.
Tiene gracia. Precisamente mi capacidad de alejarme de la realidad más de lo común es lo que siempre he considerado que me hace especial, y gracias a lo cual puedo ser una persona abierta de mente y abierta a distintas posibilidades. Es ese mismo distanciamiento con la realidad el que me permite ser un ser humano libre, y al mismo tiempo un ser humano atado y conenado al temor de perder la cabeza.
¿Me alejo de la realidad? Tal vez no. Tal vez lo que hago sea estirar y deformar los límites. Creo que la gente no es muy realista, sino una auténtica especialista en crearse muros y barreras. Límites mentales al fin y al cabo. Límites muy sólidos y muy cerrados... y lo peor de todo es que se los creen. 

Y presumirán de ser realistas... cuando lo que son es limitados. 

Realista es el que no tiene miedo a explorar, y encontrar la realidad en un lugar recóndito...
 tal vez el menos esperado.

There's a ghost on the horizon
When I go to bed
How can I fall asleep at night
How will I rest my head
Oh I'm scared of the middle place
Between light and nowhere

jueves, 13 de noviembre de 2014

Ésta soy yo, y éstos son mis mecanismos de defensa.


En la teoría psicoanalítica, los mecanismos de defensa son estrategias psicológicas inconscientes puestas en juego por la persona para hacer frente a la realidad y mantener la autoimagen.  Las personas sanas normalmente utilizan diferentes defensas a lo largo de la vida, siendo el propósito el de proteger la mente y proporcionar un refugio frente a una situación a la que uno no puede hacer frente por el momento.

miércoles, 12 de noviembre de 2014

sábado, 8 de noviembre de 2014






Dos pensamientos.

Uno:  La felicidad, y la salud y estabilidad mental no llegan solas si no trabajas e inviertes en ti. Invertir en uno mismo significa escucharse, significa preguntarse qué le hace a uno realmente feliz, y priorizar. Significa tomar decisiones que nos llevan a donde queremos estar, sin dramatizar, sin crearnos miedos ni sufrimientos innecesarios. Sin condenarnos si nos equivocamos, porque siempre existe esa posibilidad, porque el error es humano, y positivo, porque podemos aprender de él. Significa disfrutar cada minuto de lo que hacemos porque es lo que hemos decidido hacer, lo que hemos elegido para nosotros; en lugar de esperar que el día o la semana pasen rápido para llegar a casa y poder anestesiarnos de la realidad frente al televisor. NO. Recuerda que tú vives como tú decides. No hay otros culpables sino un único responsable, TÚ. Escúchate, haz los cambios que necesites, aventúrate a ser feliz. Te lo mereces.

Dos:  Ser positivo, ver cada circunstancia (buena o mala) como una oportunidad, y disfrutar como un niño pequeño con cada cosa que elijamos hacer... todo ello es cuestión de actitud. Si nada más levantarte tu primer pensamiento es de agradecimiento por estar vivo; por tener un cuerpo que funciona y te permite moverte, saltar, correr y bailar; de entusiasmo por las cosas que has planeado hacer; de ilusión por los retos planteados; de felicidad porque te quieres, te aprecias y te respetas, y lo hacen quienes te rodean, y tu los quieres, aprecias y valoras a ellos... ¿¡qué puede salir mal!? Pase lo que pasa te adaptarás a lo que ocurra; sabrás ver la lección y el aprendizaje en cada circunstancia; sabrás desdramatizar y relativizar; reírte más de ti mismo, de tus torpezas y de las ironías de la vida; quitarle importancia a las banalidades; podrás disfrutar de la compañía de la gente maravillosa que te rodea y mostrarles tu cariño, tu aprecio y tu admiración. Podrás hacer más por los demás, de forma altruista sin esperar nada a cambio, sólo porque realmente querrás hacerlo, y disfrutar infinitamente con ellos. Disfrutar de dar lo mejor de ti y compartirlo con los demás, mientras aprendes de lo mejor que cada una de las personas que conoces te ofrecen. Podrás sonreír con sinceridad y disfrutar del estado de paz y calma que te inunda cuando comprendes tu gratitud por la vida. Cuando comprendes que eres un ser pequeño y afortunado en un mundo grande y lleno de posibilidades. 

jueves, 6 de noviembre de 2014


Intento hacerlo bien, intento dar lo mejor de mi para los demás, intento reconocer mi ignorancia y mi torpeza, e intento aprender de cada error y de cada circunstancia complicada. Lo intento.
Todos fallamos y todos tenemos ese margen de mejora, esa oportunidad para aprender. Sólo hay que verlo así, como una oportunidad para crecer y sacar un aprendizaje de cada lección, y no ver cada fracaso como una desdicha. 

Quiero ser mejor para mi y para los demás. Quiero dar más. Me aprecio, me valoro y me quiero. Me siento infinitamente afortunada y agradecida por lo que la vida me ha dado, y quiero compartirlo. 
Me siento orgullosa de quién soy, de mi actitud, de mi capacidad para amar, y también de mi lucha y de mi fortaleza. Pero también quiero seguir mejorando. Saber más. Actuar mejor.

Estoy entusiasmada por seguir aprendiendo, por seguir creciendo, por poder hacer más por los demás. Estoy entusiasmada por mejorar, por limar mis manías y mis rarezas, y por aprender a adaptarme mejor a las circunstancias, conformarme con menos y disfrutar más.


domingo, 2 de noviembre de 2014

Cada cierto tiempo me paro y reflexiono, y frecuentemente acabo llorando. La mayoría de las veces lo hago por felicidad, otras por incredulidad, y algunas pocas por tristeza.
Cuando echo la vista atrás y pongo la mirada en el pasado me emociono. Me emocionan los sentimientos que he experimentado y los extremos en los que se balancea mi ser. Me emociona ver como me voy haciendo cada día una mujer un poco más fuerte y completa, gracias a las decisiones que tomé en el pasado.
Hay tanta belleza. La belleza del dolor es extremadamente intensa. 

Es la belleza del sufrimiento y del aprendizaje, la de las decepciones y las expectativas no alcanzadas. 
Es la intensidad del ser humano frustrado por la pérdida, por la esencia del miedo.
Es el temblor que produce el silencio cuando uno reflexiona a solas, y el pánico a encontrarse.
Es la luz que enfoca nuestras distorsiones y nuestras inseguridades, que alimenta nuestro pánico.
Es la niña que se pierde ante un reflejo vibrante.



sábado, 1 de noviembre de 2014


El amor es para hacerse todos los días.
Ser vulnerable no es ser débil. Al contrario. Todos somos vulnerables, pero pocos son los que se atreven a mostrar esa vulnerabilidad. Reconocerse imperfecto y con miedos denota una entereza y una seguridad que pocos poseen. Sólo una persona firme, sabia y madura puede permitirse conocer su propia vulnerabilidad, aceptarla y dejar que se sepa.

La persona débil oculta su debilidad, evita los ataques erigiendo defensas para protegerse y luego poder huir. Una armadura pesada siempre esconde un carácter débil.

Sin embargo, aquel que sabe, y sabe que sabe, y sabe que los demás saben que sabe... sólo ese muestra sin miedo su ignorancia, en vez de tratar de disimular un error con falsos pretextos. Sólo el que está suficientemente seguro de sí mismo es capaz de ser abiertamente vulnerable.

Ser vulnerables quiere decir confesar sentimientos, admitir que no somos indiferentes a la alabanza o al desprecio, a la comodidad o a la molestia, al éxito o al fracaso; quiere decir revelar el mal humor así como el bueno y saberse y declararse víctimas de la envidia y el enfado y el desánimo y la ansiedad.


Ser vulnerable quiere decir confesarse humano.




Rebelarse contra los miedos. Aparcar en doble fila la huída, metódica y caótica, y  plantarle cara a cada una de las penitencias. Arrojarse al océano de la controversia y nadar hasta escuchar el silencio de un ensordecedor vacío, donde cuestionarse cada una de las creencias. Cada precepto no indagado. Cada formalidad instaurada no estudiada. Cada final y cada comienzo. Enfrentarse a ellos, con actitud de respeto, para plasmarlos en el lienzo... y ordenar el desconcierto. Oponerse al rostro de la insonia y la vorágine, y alzar la mirada para descubrirse en el espejo, en la confusión de un reflejo desmesuradamente nítido. Y encontrar su mirada donde nunca quisiera encontrarla. En el anverso de una sonrisa, una tristeza recluye profunda y egoísta la esencia de un alma que brilla convencida en el recuerdo de lo que un día fue fortuna. Un recuerdo que viaja fugaz hacia un futuro inminente para convertirse en presente.

Se desnuda para equiparse, serena, de la valentía y la osadía que definen su espíritu. Se despide de la agonía, un rápido y huidizo apretón de manos que la proyectan, inmediata, en un efusivo abrazo con la vida, que la funde de nuevo con su alma. Y en esta fusión, cálida y entrañable, saluda a los estrategas de su última jugada triunfal. La valentía, la fortaleza, la solidez y la entereza. La calma, la firmeza y el coraje.
El amor y la tolerancia confeccionan su nuevo traje.